Utilizar el microondas, las barreras físicas o trabajar con la batería del portátil reducen considerablemente la capacidad de las conexiones a Internet sin cables.
Todos hemos comprobado como la distancia hace estragos en las conexiones Wi-Fi domésticas, pero hay otros factores que influyen en la lentitud de la señal. Un estudio de la empresa Epitiro revela que lapérdida de potencia media en los hogares ronda el 30%.
Si sumamos este porcentaje a las bajas velocidades que ofrecen algunas operadoras, y que en la mayoría de los casos, no son reales, -en algunos casos la estafa llega hasta el 50% de la velocidad contratada- el resultado son conexiones muy deficientes, que pueden generar problemas para realizar tareas tan sencillas como un streaming o en un intercambio corriente de datos.
La empresa apunta que las acciones más perjudicadas son precisamente las que requieren un mayor volumen de intercambio de paquetes, como en las llamadas de VoIP, en la descarga de ficheros o en la interacción con videojuegos on-line. Para este tipo de servicios lo mejor sigue siendo el cable de ethernet directo al router.
En las ciudades la cosa empeora, ya que varios modem pueden utilizar el mismo canal de comunicaciones ralentizando el servicio aún más. Incluso los electrodomésticos se pueden volver en contra del usuario, las ondas que emite el microondas doméstico también anulan la señal Wi-Fi, así como las del teléfono inalámbrico, los transmisores para bebés o el mismo mando a distancia de la televisión. Si comparten el mismo rango de frecuencias nuestra conexión a Internet será la perdedora.
Sólo cuando los usuarios navegan por la red, en páginas web, parece que la velocidad no se ve afectada de forma perceptible, la descarga de datos en este caso es más ligera, la memoria caché también ayuda.
Si crees que tu conexión se ha vuelto anormalmente lenta, quizá deberías buscar otro emplazamiento al router.